Duración: 4 horas
Dificultad: Baja
Idiomas: Castellano y Alemán
Si eres un amante del senderismo, no puedes perderte esta ruta de senderismo guiada en La Palma. El Cubo de la Galga es uno de los lugares que no puedes dejar de visitar. Este lugar es ideal para disfrutar de la frondosidad del pintoresco bosque de laurisiva de La Palma.
Tras recogerte en nuestras paradas oficiales, iremos en dirección noreste hacia el municipio de Puntallana en busca del bosque de Laurisilva, con origen en el periodo Terciario, hace más de 20 millones de años, que durante todo el año conserva su verdor característico debido a la lluvia horizontal generada por los alisios.
Su frondosidad te sorprenderá y te llevará, por momentos, a un bosque encantado donde los grandes helechos, la bruma y la humedad, acompañados del resto de flora y fauna del lugar, serán los verdaderos protagonistas.
Tras sumergirnos en el Cubo de La Galga con nuestro Guía Oficial, ascenderemos al Mirador de Somada Alta, desde donde si el día está despejados, nos permitirá contemplar a nuestras islas vecinas de Tenerife y La Gomera, así como los núcleos de Los Sauces y San Andrés.
Desde ahí descenderemos hasta el Mirador de San Bartolo, situado en la zona de San Bartolomé, desde donde podremos contemplar también unas bonitas vistas del lugar y una gran historia. Y es que en el mismo Mirador verás un monumento que nos recuerda la leyenda del Salto del Enamorado, que relata como un bravo pastor estaba prendido de una bellísima campesina, pero sin embargo su amor no era para nada correspondido.
La bella joven, agobiada por la insistencia del pastor en conseguir su corazón, quiso probar su amor pidiéndole un imposible y así liberarse, de una vez por todas, de sus cortejos. Para ello, le pidió que antes de ser su esposa, debía acercarse al precipicio y, apoyando sus manos en su lanza (vara con la que los pastores canarios esquivan las dificultades orográficas), sorteara los abismos tres veces con su cuerpo sin caer. El valor y la destreza del amante quedaron patentes en los dos primeros saltos, pero, en el tercero, cuando se encomendó a su dama, falto ya de fuerzas, no se apoyó en tierra firme despeñándose en las profundidades del barranco. El amor le cegó y murió por conseguirlo y su cuerpo nunca se encontró. Ella perdió la cordura y lloró todos los días que le restaron de vida. Desde entonces, la gente del lugar para recordarlo, llaman al risco El Salto del Enamorado.
¡Una leyenda que pondrá la guinda a un día inolvidable en la isla!